En esta obra hubo importantes problemas por las huelgas y las ausencias de los trabajadores, así como por los conflictos que por entonces se sucedían en España, que afectaron directamente a don Salvador Rus, quien llegó a recibir serias amenazas. Sin embargo, consiguió negociar con los trabajadores y llegar a acuerdos que, aunque no le permitieron obtener apenas beneficios con la obra, sí que le sirvieron para terminarla y salir de aquella difícil situación. Al día siguiente se reanudaron los trabajos y mi sorpresa fue al ver que estaban en la obra todos aquellos obreros del día anterior, tan destacados y agresivos. Sobre todo, mi asombro fue mayor al encontrar con una espiocha y trabajando aceleradamente al que el día antes me había dirigido tantos insultos. (...) Los obreros en la carretera fueron variando, hasta el punto que al asomarse siempre se veían aplicados. Y al darles los buenos días, contestaban. Algunos se ponían de pie y paraban momentáneamente para este saludo. Las personas del pueblo también se mostraban amables. Si algún día asomaba por el Casino, me recibían con cordialidad y afecto, y estaba entre ellos el tiempo que fuera, recibiendo atenciones. Ya no era peligroso, como decían antes, entablar amistad conmigo, que podía indisponerles con los obreros. (...) En los carnavales del año 1933, o sea, aproximadamente a un año de mi llegada al pueblo, salió una estudiantina con coplas de la carretera alusivas a mí. En ellas me hacían una serie de elogios que no recuerdo. (...) ¡Cómo cambian las cosas! ¡Hay que ver los contrastes que se ven en la vida! Carretera de Ubrique a la de Jerez a Cortes por Algar → Puente sobre el Río Ubrique, 1933. Archivo de la compañía 1 9 2 1 1 9 3 1 1 9 4 1 1 9 5 1 1 9 6 1 14
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