Le puse precio a todas las unidades calculando el coste real, que me salió de unas ciento once mil pesetas. Y a estos precios le rebajé el diez por ciento. Presenté la oferta de cien mil pesetas justas. ¡Qué escándalo se produjo en la apertura de pliegos! Había propuestas de ciento cuarenta mil pesetas. A la salida, después de ratificarme en mi oferta, los compañeros hicieron coro, señalándome como loco. (...) Hecho el replanteo de estas obras, se empezaron las cimentaciones. Enseguida se le dio a todos los obreros que en ellas trabajaban un suministro de comestibles a precios de economato, que retiraban diariamente sus familiares. También el encargado, Pepe Bañón, retiraba el suyo. Al contratista, además de un suministro semanal de comestible, le pusieron la gasolina para el coche, y el cemento necesario para las obras a precio de tasa. Al precio oficial de fábrica. Así mismo ocurrió con el hierro que suministraba la Comandancia mediante un vale. (...) Las terminaciones de las obras son muy agradables. Señalan siempre un triunfo, sobre todo si se terminan a satisfacción de todos, como esta obra de La Cortadura. Al ingeniero y al ayudante les habían concedido por el éxito de aquella obra la cruz del Mérito Militar con distintivo blanco. Fortines en el fuerte de La Cortadura de Cádiz CÁD I Z #11 1 9 4 2 ← Obras similares en el fuerte de Puerta Tierra de Cádiz, 1951. Archivo de la compañía 1 9 7 1 1 9 8 1 1 9 9 1 2 0 0 1 2 0 1 1 2 0 2 1
RkJQdWJsaXNoZXIy MjE4MTM=