También fue la primera ocasión en la que se utilizó el aglomerado asfáltico, en concreto al poner en marcha nuestra primera planta. Una vez montada, mi hermano Manuel intervino eficazmente en la puesta a punto de las dosificaciones adecuadas para una mezcla asfáltica de calidad. Asimismo, como era un buen maestro, dejó alumnos con la formación oportuna para esos menesteres, pues al terminar el verano él tenía que volver a Madrid para continuar la carrera de ingeniero de caminos, canales y puertos. Su experiencia en un laboratorio de ensayos oficial le había hecho aprender todo sobre esta nueva tecnología que tanto ha supuesto para el futuro de nuestra empresa familiar. Mi padre rondaba ya los sesenta años y quedaba entonces claro que llegaba el relevo para el fundador. Habían coincidido dos factores clave: el espíritu mecanizador de Salvador y el conocimiento técnico de Manolo. A partir de ese momento, nos lanzamos a aglomerar todas las carreteras de nuestro entorno. Se veía a la empresa RUS aglomerando por todas partes. Cuando veía esta forma de trabajar, la gente al principio se sorprendía, ya que era algo totalmente distinto a lo que se hacía hasta entonces. Mi hermano Salvador tenía una mano excepcionalmente buena para el trato de personal. Y Manolo aportaba un conocimiento tecnológico trascendental. Todo el mundo le tenía un cariño enorme a la empresa y desde entonces fue creciendo en prestigio y clasificación. Como último hito quiero destacar el año 1975, en el que se creó la Sociedad Heliopol, la que sería la primera diversificación de la empresa RUS, y que yo dirigí en los primeros años. Es un hecho relevante, ya que el afán de diversificación, que ha sido siempre importante para nosotros, se inició ahí. La idea era que RUS se centrase en las obras de carreteras de gran volumen, reservando a Heliopol las obras de edificación y de otro tipo, que no eran intensivas en el uso de maquinaria. Tras el año 2000, con la venta de Salvador Rus López Construcciones, fue la que había nacido como hermana pequeña la que se acabó convirtiendo en la mayor empresa del Grupo RUSVEL. No me quiero extender más. Someramente, he destacado los hechos que considero más relevantes, ya que, si bien las empresas se fundan, es clave este primer relevo del fundador para un planteamiento de continuidad en el tiempo. Tras este primer relevo nos sumamos mi hermano Miguel y yo para llegar al punto en el que estamos en este momento: la tercera generación de la empresa familiar.
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